¿El fin del conflicto en Nagorno Karabaj? Probablemente no.

En el día de ayer (09/11/2020) se hacía pública una serie de puntos que sientan las bases para un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán por la cuestión del Nagorno Karabaj.

Desde hace meses se viene librando una guerra abierta entre Azerbaiyán y la denominada República de Artsaj, un territorio autónomo pero que cuenta con unos más que evidentes estrechos lazos con Armenia. Esta autonomía situada al sur del Cáucaso es buena prueba de la complejidad presente en esta zona del mundo. Es de destacar, que el conflicto se ha focalizado en ese área, y que los combates se han tratado de limitar (en la medida de lo posible) al territorio de la república autónoma en cuestión, por lo que las fuerzas defensivas involucradas han sido principalmente las tropas del ejército de Artsaj. Con esto, ambos bandos evitaban la escalada del conflicto, al asumir el ejercito armenio un papel secundario, mas de soporte que de combatiente en primera línea, no obstante, a pesar de todo, ambos bandos claman el lanzamiento de cohetes y proyectiles balísticos en respectivas ciudades y núcleos de población situados en el interior de ambos países.

 

Bordes anteriores al conflicto actual.

Como se puede ver, las fronteras entre Armenia y Azerbaiyán son difusas y cuentan con dos repúblicas autónomas "separadas" de sus países núcleo, Nakhichevan al suroeste apadrinada por Azerbaiyán y la República de Artsaj al sureste como extensión de Armenia. Desde la disolución de la URSS, se han venido repitiendo conflictos con mayor o menor grado de intensidad entre ambas naciones, cada uno alegando sus propias razones para la expansión territorial. El conflicto más reciente (Guerra del Alto Karabaj, 88-94 [1]) finalizado en el año 1994 se saldó con "victoria" Armenia, consiguiendo ampliar los límites de la república de Artsaj, desde entonces la región ha permanecido relativamente estable con pequeños intercambios fronterizos.

Países involucrados de forma directa

Armenia:

Banderas de Armenia (izquierda) y la República de Artsaj(Derecha).

Es un pueblo con profundas raíces históricas en la región y que disfrutó de periodos de gran esplendor. El capítulo más oscuro de su historia se sitúa en los años de la Primera Guerra Mundial, donde el Imperio Otomano expande su territorio hacia el Cáucaso y ocasiona innumerables actos de genocidio contra las minorías étnicas griegas, kurdas, pero sobre todo armenias, se estima que alrededor de 1,5 millones de personas fueron víctimas de esta campaña de exterminio [2]. Los sucesos brutales experimentados en el pasado ha hecho que gran parte de la población haya emigrado a numerosas partes del mundo, contando con amplias comunidades de emigrantes en EEUU o Francia, la denominada "diáspora armenia", que cuenta con una notable capacidad de presión y protesta política en estos países [3].

Manifestación pro-armenia en París, Francia.

La situación armenia era, y es, muy delicada, ya que además de con Azerbaiyán, sus fronteras dan con una a priori neutral Irán, una amenazadora Turquía, que para ellos ejemplifica el heredero natural de las barbaries otomanas y una Georgia (único país cristiano vecino) fuertemente desestabilizada en el norte. Rusia, con intereses tanto en Armenia como en Azerbaiyán (oleoductos, aprovisionamiento de sistemas defensa, reservas de hidrocarburos y buffer de influencia entre Turquía e Irán), cuenta con presencia militar y un par de bases en territorio armenio, lo que unido a un pacto de cooperación y defensa mutua entre ambos países (Tratado de Seguridad Colectiva [4]), hace que atacar territorio armenio pueda considerarse un "casus belli" que involucre a Rusia en su defensa activa. Puntualizar que la zona de la República de Artsaj queda fuera de este tratado.

El gobierno actual armenio, en el pasado, debido a diferentes desencuentros con  Rusia y sus tropas acantanadas en el país que provocaron auténticos escándalos públicos, llegó a clamar contra la presencia rusa en el territorio [5]. No obstante, esta "petición de salida" denotaba profundos tintes propagandísticos, ya que en el fondo no se buscaba llevarla a cabo. Es más que patente la importancia de dicha presencia rusa en el país, ya que sin ella, la probabilidad de agresión por parte de otros beligerantes aumentaría considerablemente.

Azerbaiyán:

Presidente Aliyev, Azerbaiyán. 

Su presencia en el área de Baku y la costa del Mar Caspio a lo largo del tiempo es clara en los registros históricos, no así su extensión hacia el oeste, que data mas de épocas cercanas y de las competencias otorgadas en su integración con la URSS. Su territorio fue objeto de gran inestabilidad en la Primera Guerra Mundial y durante el período revolucionario soviético, debido a que sus reservas de hidrocarburos eran vitales para el nuevo horizonte industrial y bélico del momento (el propio frente sur de la invasión alemana de la URSS tenía como objetivo idealizado la toma de la región del Cáucaso para cortar y apoderarse de esta rica región).

Estas reservas han posibilitado el desarrollo del país en cuanto a infraestructuras y materia de defensa se refiere, y es ahí donde las diferencias con las fuerzas de Armenia y la República de Artsaj son abrumadoras. No solo cuenta con superioridad numérica en cuanto a material, sino también en cuanto a calidad e incluso proveedores, siendo notable la participación de Turquía e Israel en materia de sistemas de defensa.

Comparativa de fuerzas entre Azerbaiyán y Armenia.

La clase política del país no se caracteriza por su transparencia y apertura hacia la sociedad, y al igual que en el caso armenio, hay una gran oligarquía dirigente. El presidente de la república lleva en el cargo 17 años y previamente el cargo lo ocupó su padre desde el año 1993 al 2003, por lo que prácticamente la familia Aliyev ha gobernado el país desde la caída del bloque soviético. Aunque es una república democrática, hay quienes la consideran una autocracia, con un dictador más que un presidente debidamente refrendado. Como vía de escape ante diversas protestas sociales (agotamiento de subsidios para desplazados del Nargorno Karabaj, gestión del covid19 y desigualdad social) se optó por esgrimir la carta del nacionalismo y el enemigo exterior, algo que en últimas instancias desembocó en el conflicto abierto del presente año.

En el plano internacional, no está sola, y cuenta con el respaldo de Turquía, nación en la que ven a un pueblo hermano con el que comparten estrechos lazos.

Turquía y Rusia:

Recep Tayyip Erdoğan, presidente de Turquía y Vladimir Putin, presidente de Rusia.

Ambos con grandes intereses en la influencia en esta región del mundo. Turquía lleva desde hace unos años poniendo en práctica una política de expansión y creación de nuevas esferas de influencia que entran en conflicto directo con las de otros países como Rusia. Este conflicto se suma a la larga lista de acciones turcas: apoyo a uno de los bandos de Libia, conflicto por aguas territoriales en Grecia, apoyo a la república turcochipriota, establecimiento de bases en Somalia, ocupación del norte de Siria... Las relaciones entre Turquía y Azerbaiyán siempre han sido buenas, pero en los últimos años, la búsqueda de "pueblos turcos hermanos" ha unido aún más a ambos gobiernos, algo que entra directamente en conflicto con la idea rusa de mantener una Azerbaiyán en su área de influencia, alejada de otras como la iraní o la propia turca.

Mientras a Turquía la idea de un "pueblo hermano en guerra por causa justa" le es convenible tanto a nivel nacional e internacional (se trata de mostrar una imagen de hermandad que justifica el hermanamiento y expansión territorial), y de cara a obtener un importante aliado en la región, para Rusia rompe con el "status quo" que había logrado en esa región del Cáucaso, en la que ambos bandos, Armenia y Azerbaiyán, cuentan con posiciones y recursos valiosos para Rusia.

El papel ruso se ha limitado a garantizar la defensa del territorio armenio y al más que probable envío de información en materia de inteligencia (solo así podría explicarse el alto número de bajas en cargos elevados del ejercito azerí), absteniéndose de implicarse de manera directa, pues supondría un duro golpe en sus relaciones con Azerbaiyán. 

En cuanto a Turquía, del mismo modo, el apoyo ha sido indirecto, pero más fructífero en cuanto al suministro de material e incluso combatientes sirios al conflicto (las cifras se calculan entorno a los millares). 

Una infraestructura defensiva deficiente. Sin excusas:

Las condiciones del terreno en el interior de la República de Artsaj favorecen al defensor, con la presencia de profundos valles y escarpadas colinas que limitan en gran medida los puntos de avances. Por otro lado, la línea fronteriza y su orografía no es la más adecuada para la defensa, pero ha quedado patente que las fuerzas defensoras no contaban con la preparación adecuada para el desarrollo de este conflicto. La voluntad de lucha de las tropas armenias (voluntarios y fuerzas de defensa de Artsaj) y su desempeño han sido notables (al igual que en gran parte de las fuerzas de azeríes). Sin embargo, si se atiende a las posiciones defensivas, se aprecia una profunda falta de planificación y de desarrollo en las mismas. Desde el conflicto del año 92 han pasado casi 30 años, en los que los enclaves defensivos y las condiciones en la retaguardia podían haberse desarrollado hasta implementar sólidas posiciones con las que afrontar el ataque de un enemigo que de antemano se conoce superior en número y recursos.

Posición defensiva en el Alto Karabaj
 

Es cierto que los recursos de Armenia y de la República de Artsaj son escasos, pero el desarrollo de trincheras adecuadas, la construcción de puntos fuertes o la planificación estratégica no son elementos de un elevado coste económico, más allá del esfuerzo humano, material y del tiempo. Tanto en imágenes armenias como azeríes, se ha podido ver la falta de planificación y el lamentable estado y construcción de diversas posiciones, desde "bunkers" prefabricados con nula adaptación, al uso de neumáticos como sistemas antimetralla o trincheras escavadas a poca profundidad y en línea recta. Todo ello son señales de un más que posible desvío de atención y recursos a un elemento imprescindible para la supervivencia de una región autónoma que debía contar en su horizonte con un claro escenario de guerra abierta. Es cierto que estas defensas habrían sufrido el mismo embate, pero podrían haber retrasado el avance o incluso frenarlo en determinados puntos lo suficiente para la llegada del invierno, algo que habría permitido negociar en condiciones mucho mejores a las actuales.

El dominio no-tripulado del aire

En las primeras etapas del conflicto han resultado cruciales los sistemas aéreos no tripulados de fabricación turca que permitieron a Azerbaiyán lidiar con las primeras líneas defensivas de Artsaj, así como convertir su retaguardia en un entorno altamente inseguro. Estos drones de reconocimiento y ataque como el Bayraktar TB2 turco o el IAI Harop, permiten a un bajo coste realizar labores de observación, guiado de proyectiles o incluso ataque a un coste ínfimo en comparación con el uso de la aviación militar tradicional.

Añadir Bayraktar TB de la Fuerza Aérea Turca

IAI Harop de fabricación Israelí

La región fronteriza cuenta con grandes planicies donde es relativamente difícil buscar refugio ante un dominio total del espacio aéreo, algo que ha supuesto un duro golpe contra las fuerzas defensivas que no contaban con grandes medios para lidiar con vectores aéreos tan numerosos y de reducido tamaño (las fuerzas antiaéreas contaban con una buena cantidad de baterías, pero enfocadas a un enemigo tradicional basado en cazabombarderos o helicópteros de ataque). Solo el derribo de varios drones o las condiciones climatológicas, permitían a las fuerzas defensivas poder realizar contraataques o el movimiento seguro de material en segunda línea.

A pesar del dominio aéreo, los combates en tierra han sido de gran intensidad, con una alta tasa de bajas en relación a la duración del conflicto (a finales de octubre se reportaban sobre las 7000 bajas por bando [6]). El posicionamiento y el buen uso de medios anticarros y proyectiles de artillería han resultado clave, haciendo que ambos bandos pagaran altos costos en cuanto a la realización de operaciones ofensivas.

El uso de estos medios guiados tanto en tierra como en aire arroja una clara pregunta ¿Habría que apostar más decididamente por estos sistemas de armas en detrimento de los "tradicionales"?. 

Antes de este conflicto ya existían teorías que abogaban por el uso de armamento guiado y móvil como una nueva forma de conducir los conflictos en contraoposición al orden de batalla tradicional compuesto por sendas fuerzas aéreas y blindadas. La combinación de tropas bien acantonadas con plataformas móviles en conjunción con misiles contracarro guiados de fácil desplazamiento, municiones inteligentes y drones de reconocimiento y ataque, constituyen una solución mucho menos costosa que la adquisición de blindados o el mantenimiento, formación e inversión necesarios para crear una fuerza aérea moderna y efectiva, por no hablar de la dificultad logística que supone el despliegue de estos elementos más allá de las fronteras. 

Personalmente creo que habría que realizar una apuesta decidida por este tipo de sistemas móviles y de bajo coste en comparación con los grandes proyectos de defensa que han caracterizado las adquisiciones de material en ejércitos occidentales como el español (Leopard 2E, Protecto Dragón...) ya que permitirían la obtención, mantenimiento y despliegue de capacidades a un coste muy menor en comparación, y más teniendo en cuenta la proyección necesaria a afrontar en misiones internacionales así como los posible escenarios de guerra híbrida o gris. 

El "carro de combate" no ha muerto, como se ha clamado en numerosas ocasiones, sigue y seguirá siendo una plataforma más que válida para determinados entornos y bajo condiciones adecuadas, solo hay que ver el uso israelí de carros en entornos urbanos, para ver que su uso sigue vigente en tanto en escenarios tradicionales como en aquellos a priori vetados como la guerra urbana o asimétrica. Lo que se trata es de indagar en nuevas soluciones con el objetivo de mejorar la relación efectividad-coste, pero sobre todo de ahorro en cuanto a medios humanos, ya que el peso de las bajas en un conflicto, y la cada vez mayor reducción de personal en los ejércitos regulares, hace que el número de recursos humanos sea un factor determinante en los ejércitos modernos.

Las redes sociales y la propaganda, arma tradicional donde las haya: 

Cuenta de la portavoz del MOD armenio.

Tweets del presidente azerí.

Hay numerosas cuestiones que este conflicto pone sobre la mesa como la cuestión anterior, su análisis detallado y la documentación rigurosa del mismo serán tareas que requieran de un largo tiempo para poder desarrollarse adecuadamente. A pesar de lo anterior, sí que es posible extraer conclusiones que reafirman el papel de las redes sociales como los grandes medios de propaganda del momento, donde ambos bandos han cotando con numerosos perfiles destinados a publicar información sobre sus operaciones, en gran parte acompañada de una incansable labor de maquetación y producción. De nuevo, la información y la desinformación (numerosas publicaciones se basaban en datos erróneos y reutilización de imágenes) han resultado armas claves tanto de cara al exterior como a la propia población, haciendo ver victorias donde no las había e intentando mantener una imagen constante de éxito. Prueba de ello son los perfiles de los ministerios de defensa de ambos países, de sus portavoces, voluntarios y del propio presidente de Azerbaiyán y del primer ministro armenio. [7]


¿Y el tratado de paz? ¿Porqué ahora?

1. Se anuncia un alto el fuego completo a partir de las 01:00 horas, hora de Armenia, del 10 de noviembre de 2020.

2. La región de Aghdam y los territorios en poder de Armenia en la región de Gazakh de la República de Azerbaiyán serán devueltos a a Azerbaiyán hasta el 20 de noviembre de 2020.

3. A lo largo de la línea de contacto en Nagorno-Karabaj y a lo largo del corredor de Lachin, se despliega un contingente de fuerzas de  paz de Rusia. 1.960 militares, 90 vehículos blindados de transporte de personal, 380 unidades de automóvil y equipo especial.

4. Las fuerzas de paz de la Federación de Rusia se replegarán en paralelo con la retirada de las fuerzas armadas de Armenia.
La duración de la estancia las fuerzas de paz de de Rusia es de 5 años con prórroga automática para otros 5 años.

5. A fin de aumentar la eficacia del control sobre la aplicación de los acuerdos por las partes en conflicto, se está desplegará un centro de mantenimiento de la paz para controlar el alto el fuego.


6. Armenia devolverá la región de Kelbajar a la República de Azerbaiyán antes del 15 de noviembre de 2020 y la región de Lachin antes del 1 de diciembre de 2020, manteniendo el corredor de Lachin (5 km de ancho), que asegurará la conexión de Artsaj con Armenia y al mismo tiempo rodeará a la ciudad de Shusha.
Azerbaiyán garantizará la seguridad del tráfico a lo largo del corredor Lachin de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones.


7. Los desplazados internos y los refugiados regresarán a Artsaj y áreas adyacentes bajo el control de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

8. Se llevará a cabo el canje de prisioneros de guerra, otros detenidos y cuerpos.

9. Armenia proporcionará enlaces de transporte entre las regiones occidentales de Azerbaiyán y Nakhichevan a fin de organizar la circulación sin obstáculos de ciudadanos, vehículos y mercancías en ambas direcciones.

Por acuerdo de las Partes, se facilitará la construcción de nuevas comunicaciones de transporte que unan Nakhichevan con las regiones occidentales de Azerbaiyán.

Bajo mi punto de vista, Rusia puede que haya intervenido tarde, pero aún logra salvaguardar sus intereses:

Las líneas defensivas de la República de Artsaj se encontraban altamente desintegradas, con amplias brechas en determinados lugares que amenazaban con romper las comunicaciones directas con la propia Armenia, por lo que, si se dejaba continuar la lucha, el resultado era muy incierto. Por un lado, la llegada de noviembre, vaticina unas condiciones que habrían posibilitado enormemente la labor defensiva, llegando a paralizar el frente debido a las bajas temperaturas, pero principalmente debido a las lluvias que transforman el lugar entre los meses de noviembre y marzo en un terreno impracticable (la conocida como rasputitsa). Pero, por otro lado, una Azerbaiyán, aunque ya debilitada, puede (y lo ha demostrado en estos últimos días) hacer acopio de fuerzas en determinadas brechas que amenzaban con una posible progresión rápida que daría al traste con las líneas actuales y que haría de las condiciones climáticas un aliado para afianzar dichas posiciones en los siguientes meses. Al paralizar ahora el conflicto se evita esa probabilidad que conllevaría una más que probable pérdida de la región de Nagorno Karabaj para Armenia.


Áreas y fechas para la desmovilización de tropas

Situación probable tras los acuerdos.

En materia política, al haber evitado la posibilidad de una conquista total, o las bases para la rendición de todo el territorio, hace que a pesar de la "victoria" de Azerbaiyán, el triunfo no sea total, algo que habría beneficiado aun más y en gran medida el discurso de Turquía para con Azerbaiyán, y que habría supuesto un claro ejemplo de que para dicho país, un acercamiento al entorno turco era mas beneficiario que mantenerse bajo un supuesto paraguas ruso que no le había aportado gran cosa en este conflicto. El uso de fuerzas de paz rusas en la zona, pretende reafimar la presencia rusa, a la par que hace de árbitro entre ambos contendientes, haciendo que al menos mientras dure lo descrito en el tratado la situación sea estable.

Adicionalmente, la confirmada victoria demócrata en EEUU podría suponer un conflicto de intereses con Rusia, ya que, al contrario de las políticas aislacionistas de Trump, se presupone que Joe Biden se vería obligado a intervenir en mayor o menor grado en este conflicto debido a la presión de la diáspora armenia americana y a las palabras pronunciadas por el propio mandatario durante el periodo electoral donde llamaba a buscar una solución a esta situación. Con este pacto, Rusia evita la presencia o acción futura americana en la zona, al ser una solución acordada por todos los contendientes y que seguramente se vea refundada en las Naciones Unidas.

Conclusiones

Azerbaiyán salva el prestigio interior y se acerca a la esfera de influencia turca, no obstante, deberá lidiar con las bajas sufridas en el conflicto y con la tarea de reconstrucción y gestión de zonas que con toda probabilidad van a ver reducidas enormemente su población.

Armenia sufre un duro revés y ve como a la República de Artsaj se le escapan grandes concesiones al norte que no han sido objeto de combates en este conflicto, por lo que las sensaciones son aún más amargas. Su principal problema es que la credibilidad de un gobierno que prometía una "guerra total" ha quedado en entredicho, y mas cuando sus vías de comunicación siempre mostraban una imagen de defensa contenida y victoria puntual, alejada en múltiples ocasiones de la realidad. Hay un gran paralelismo con la derrota egipcia en la guerra de los Seis Días, que supuso la pérdida de influencia del presidente egipcio Nasser, en gran parte por mantener un discurso y generar unas informaciones que se alejaban enormemente de la realidad sobre el terreno. Probablemente haya un cambio de gobierno motivado por el descontento popular (y puede que sustentado en unas fuerzas armadas armenias que no se han visto especialmente afectadas en el conflicto), y se debatirá entre un mayor acercamiento a Rusia como garante de paz, o un alejamiento al considerarla como "cómplice" en la perdida territorial.

El tratado de paz tiene más tintes de tregua que de paz duradera. Habrá tensiones internas en ambos países y especialmente en las zonas ocupadas. Adicionalmente, el corredor creado en Lachán asegura una comunicación entre Armenia y el Nagorno Karabaj, pero, ¿Qué ocurrirá cuando dentro de 10 años abandonen las fuerzas rusas la zona?  La situación fronteriza vuelve a ser más compleja si cabe, y la defensa aún mas complicada para Armenia, que deberá afrontar el futuro con una sociedad dolida y con una sensación de derrota que marcará sus aspiraciones futuras.

Identificación del derribo de un helicóptero ruso en base a fuentes abiertas.

Finalmente, comentar que el uso de fuentes OSINT ha resultado determinante lo largo de todo el conflicto, permitiendo identificar unidades, confirmar y desmentir avances y capturas, para de este modo arrojar luz ante la opacidad que caracteriza un conflicto militar. Desde identificar el derribo de un helicóptero ruso gracias a su identificador de cola y las imágenes de una unidad militar en VK, hasta conocer el itinerario del puente aéreo turco que trasladaba combatientes desde el norte de Siria a bordo de aviones A400M cuyo transpondedor informaba de su ruta de vuelo en medios públicos y accesible vía webs como FlightFadar.

Referencias:

[1] Christoph Zürcher (2007). The Post-Soviet Wars: Rebellion, Ethnic Conflict, and Nationhood in the Caucasus.

[2] Yair Auron (2000). The banality of indifference: Zionism & the Armenian genocide

[3] Peter Aitken - Fox News (2020). Pro-Armenia protesters shut down Hollywood traffic, demand support in conflict with Azerbaijan.

[4] Tratado de Seguridad Colectiva.

[5] Institute for War & Peace Reporting (2015). Armenia: Murder Case Strains Relations with Moscow.

[6] Armenian Info Center - Datos parciales de bajas

[7] Perfiles de Twitter oficiales de los beligerantes:

[8] Vahe Sarukhanyan – HETQ. Turkish Airports: A Springboard for Transporting Mercenaries to the Artsakh Conflict Zone.




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